Las enfermedades de la tiroides son algunas de las más extendidas del mundo. El hipotiroidismo afecta aproximadamente a un 9,1 por ciento de la población española
El hipotiroidismo, conocida también como tiroides hipoactiva, es una enfermedad que se revela cuando la glándula tiroides no produce suficiente cantidad de hormonas tiroideas, las cuales son cruciales para regular el metabolismo del cuerpo. La tiroides es una glándula en forma de mariposa situada en la parte frontal del cuello.
Esta glándula produce hormonas que controlan cómo el cuerpo usa la energía. Estas hormonas afectan a casi todos los órganos de su cuerpo y controlan muchas de las funciones más importantes de su cuerpo. Por ejemplo, afectan a la respiración, la frecuencia cardíaca, el peso, la digestión e incluso a los estados de ánimo. Sin suficientes hormonas tiroideas, muchas de las funciones de su cuerpo se vuelven más lentas.
Las enfermedades de la tiroides son algunas de las más extendidas del mundo. El hipotiroidismo, la variedad más común, afecta aproximadamente a un 9,1 por ciento de la población española. En mujeres la prevalencia total es de un 14,4 por ciento y de 5,3 por ciento en hombres. A menudo, los síntomas del hipotiroidismo son poco específicos, variables, inconsistentes, poco frecuentes o se confunden fácilmente con los de otras afecciones.
¿Qué causa el hipotiroidismo? El hipotiroidismo tiene varias causas que van desde la Enfermedad de Hashimoto (un trastorno autoinmune en el que el sistema inmunitario ataca la tiroides y es la causa más común), la tiroiditis o inflamación de la tiroides; el hipotiroidismo congénito presente al nacer; una extracción quirúrgica de parte o la totalidad de la tiroides, tratamiento de radiación de la tiroides; algunos medicamentos o, en casos raros, una enfermedad de la glándula pituitaria o consumir demasiado o muy poco yodo en la dieta.
Síntomas del hipotiroidismo
Los pacientes suelen experimentar aumento de peso, piel seca, sensibilidad al frío, depresión, pérdida de cabello y problemas de concentración, entre otros, pero es la fatiga el síntoma más común o precoz. Así lo confirma el doctor Carles Zafón Llopis, coordinador del área de Tiroides de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), que además advierte de que la normalización del cansancio entre la población general podría estar retrasando el diagnóstico.
Los síntomas del hipotiroidismo pueden variar en intensidad y a menudo se desarrollan lentamente. Algunos de los más comunes incluyen:
- Fatiga y debilidad
- Aumento de peso inexplicable
- Intolerancia al frío
- Piel seca y pálida
- Cabello y uñas quebradizas
- Hinchazón en la cara
- Ronquera
- Dolores musculares y articulares
- Depresión
- Problemas de memoria y concentración
- Frecuencia cardíaca lenta
- Estreñimiento
- Menstruaciones irregulares o más abundantes de lo normal en mujeres
El diagnóstico del hipotiroidismo se realiza a través de análisis de sangre que miden los niveles de la hormona estimulante de la tiroides (TSH) y las hormonas tiroideas (T4 y T3). Un nivel elevado de TSH y un nivel bajo de T4 indican hipotiroidismo. “El infradiagnóstico existe, probablemente en las fases iniciales de la enfermedad, y es a través de una analítica cuando se encuentra la causa que está provocando esta fatiga. Más del 75-80 por ciento de los pacientes presenta el cansancio como primer o principal síntoma”.
Hipotiroidismo y mujeres
El tiroides es una pequeña glándula situada en la región anterior del cuello que tiene forma de mariposa y desarrolla una función esencial: producir hormonas encargadas de controlar la forma en que el organismo utiliza la energía, afectando a casi todos los órganos y controlando muchas de las funciones vitales como la respiración, el ritmo cardíaco, el peso, la digestión o el estado de ánimo.
“El hipotiroidismo es más frecuente en las mujeres y se suele diagnosticar a partir de los 25 años. La etapa crítica es el embarazo, porque el riesgo de hipotiroidismo es mayor y la repercusión también. Debemos prestar especial atención en el diagnóstico en mujeres en edad fértil”, advierte el especialista. “Si no se controla durante la gestación, aumenta el riesgo de, entre otros, la preeclampsia en la mujer y el daño neurológico, retraso madurativo o bajo peso al nacer en el feto”.
Es a partir de los 40-50 años cuando las mujeres tienden a desarrollar con más frecuencia hipotiroidismo de causa autoinmune (tiroiditis de Hashimoto). Las personas en las que se detectan anticuerpos antitiroideos (antimicrosomales, antitiroglobulina) tienden a desarrollar con el tiempo alteraciones de la función tiroidea, por lo que deben ser evaluados crónicamente de forma periódica.
Tratamiento
Debido a que el hipotiroidismo se desarrolla lentamente, muchas personas no notan síntomas de la enfermedad durante meses o incluso años. Es importante seguir las indicaciones del médico y no interrumpir el tratamiento sin consultar a un profesional de la salud. Con un tratamiento adecuado, las personas con hipotiroidismo pueden llevar una vida normal y saludable. El tratamiento del hipotiroidismo generalmente incluye:
–Terapia de reemplazo hormonal: La más común es la levotiroxina sódica (T4), una hormona tiroidea sintética que se toma por vía oral.
–Ajuste de la dosis: Los niveles hormonales se monitorean regularmente para ajustar la dosis de la medicación y asegurar niveles hormonales adecuados.
–Revisiones periódicas: Para controlar la función tiroidea y ajustar el tratamiento según sea necesario.
Además del tratamiento médico, hay ciertos cambios en el estilo de vida que pueden ayudar a manejar los síntomas del hipotiroidismo, como llevar una alimentación equilibrada y con una ingesta asegurada y adecuada de yodo; practicar ejercicio de forma regular para combatir la fatiga y el aumento de peso; y evitar ciertos alimentos y suplementos que pueden interferir con la absorción de la medicación, como el calcio y el hierro.
Algunos de los alimentos ricos en yodo son:
- Algas Marinas, como el kelp o el nori, usado en el sushi.
- Pescados y mariscos como el bacalao, las gambas, el atún o la langosta.
- Lácteos y huevos.
- Sal yodada.
- Carne de pollo y de ternera.
- Frutas como los arándanos y las fresas y tubérculos como las patatas.
Origen: VozPopuli.com
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